Luz

Luz

viernes, 22 de noviembre de 2013

Casi un día cualquiera

Un día.
Casi un día cualquiera.
Pero mi bolígrafo inició
su viaje por el papel
y supe, entonces, lo que era amor a primera vista,
Supe también lo que significaba decir
que una mirada vale más que mil palabras,
supe que un destello puede iluminar algo más que una sala,
y todos los significados que puede albergar un abrazo.
Supe que no se puede mentir mirando a alguien a los ojos,
que a las personas se  les quiere por lo que son
y se aman por lo que desean ser,
supe que se le puede ganar la partida a la suerte,
entendí lo trascendental del arte,
y la importancia de la filosofía,
entendí que la victoria más grande ocurre
cuando eres capaz de ganarte un corazón
y que la derrota más desmesurada ocurre cuando
terminan por vencerte tus miedos.
Comprendí, por fin, que un rechazo
no es más que una flecha que nos avisa
cuando vamos en un camino equivocado,
y que nunca habrá un acuerdo universal
para cambiar el mundo.
Pero también comprendí,
que ese no es motivo para dejar de luchar.
Comprendí que la muerte es un destino,
y quizá no tan repugnante
como lo pintan.
Discerní, entonces, la vida como un viaje
que lleva las penas como equipaje.
Pero las penas, si las sientes,
son mucho más hermosas,
son vida sobre la propia vida.
Aprendí a guardar los mejores momentos,
por si algún día me hacían esa estúpida pregunta
de si la vida merece o no la pena.
Gané mi partida a la incertidumbre del mundo,
porque con certeza sé
que el ser humano es mucho más enigmático.
Y por fin, cuando solté el bolígrafo,
miré,
y me dije,
"Aquí, un pedazo de mi vida,
en forma de pura magia".




2 comentarios:

  1. Hola Jesús, me gusta como te expresas, y me gusta como escribes y me encanta que un joven de tu edad, tenga un blog de poesía.
    Agradezco tu comentario en mi blog.
    Un abrazo.

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  2. Muchas gracias, Jorge. Espero que, de vez en cuando, nos sigamos visitando mutuamente. Un abrazo

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