Quizás sea el momento de agradecer
de disfrutar la brisa en la cara
o un simple atardecer.
De humedecer nuestros ojos
por cada momento bello
y de bañar con nuestra alegría
los ojos de los guerreros:
guerreros nuestros padres
guerreros nuestros amigos
guerrero hasta en la esquina
el más entrañable mendigo.
Porque detrás de mil luchas
se esconde una vida,
y detrás de la vida
un corazón coraza
que aguanta hasta
que un día
dice basta:
basta tanta inmundicia
y tanta desesperanza,
tantas lanzas recibidas
a mis guerreros,
mis vidas
mi esperanza.
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