“Baila, querido mío, Danubio Azul.”
Y antes de finalizar la armonía de nuestras piernas
moviéndose al son de la melodía
ella rompió a llorar, y a correr
y por mucho que quise aquel –aquellos- días
nunca más la volví a ver.
“Te invito a bailar, querido, pero te advierto
mi compromiso”
Bailamos juntos, sin separarnos
aunque ella llevaba otro camino,
terminó su copa, pensamos en amarnos…
Se fue y aún me pregunto
si alguna vez estuvo aquí, conmigo.
“Te invito a bailar, amado mío, hasta que
amanezca, o hasta que deje de sonreír por estar a tu lado (nunca)”
Ella me amaba más que nadie
y bailamos, bailamos y bailamos.
Miré su sonrisa, recordé otro baile
y me fui por creerme todavía enamorado.
“Sin escapatoria, sin prisa, aquí darás un
último baile”
Así pasó toda mi vida,
y no pude danzar nunca complacido,
me relajé, y junto a la muerte
bailé dulcemente mis últimos latidos.
Me encanta !!!!!
ResponderEliminarMuchas gracias, Marisa, espero que te siga gustando todo lo que voy subiendo ^^
Eliminar